viernes, 7 de septiembre de 2007

El G-12

El movimiento surgido en Colombia y conocido como G-12 está recibiendo denuncias incluso de grupos carismáticos, en la órbita de los que surgió. Con todo, muchas de sus ideas y prácticas se han ido infiltrando en muchas iglesias, sin saber de donde provienen. El texto de Jôel Corrêa Batista, ministro presbiteriano y profesor de Nuevo Testamento en el Seminário Presbiteriano Brasil Central, en Goiânia, trata sobre la historia y algunos de los errores de este movimiento.


Introducción
No fue una sorpresa! De hecho, era incluso previsible. Dada la situación en que se encuentran los púlpitos y, en consecuencia, la enseñanza en muchas iglesias evangélicas, era de esperarse que en cualquier momento una nueva ola viniera a agitar el mar tranquilo de la negligencia pastoral. El surgimiento de un nuevo movimiento u ola denominado G-12 no ha sido ninguna sorpresa. Reuniendo varias doctrinas muy conocidas entre los evangélicos, el movimiento G-12 se presenta como la propuesta eclesiástica del próximo milenio. A juzgar por su contenido doctrinal, no hay casi nada en el G-12 que merezca un nuevo análisis, aunque ya se ha estudiado abundantemente. Lo que ha sorprendido ha sido la rapidez y facilidad con que se ha extendido entre las iglesias, incluso las históricas, y las estrategias psicológicas que usan en sus encuentros.
La mayoría de los que participan en sus encuentros desconocen el origen del movimiento, así como sus propuestas. Fascinados por el impacto emocional y el aparente resultado inmediato, ven el G-12 como una esperanza para alcanzar la unidad de la iglesia y su reforma estructural. Según algunos proponentes, el modelo eclesiástico llamado de células es una Segunda Reforma, no de menor intensidad que la Reforma Protestante del siglo XVI.1 El propósito de estas páginas es demostrar que el movimiento G-12 no trae ninguna nueva reforma, pero sí, viejas doctrinas como la teología de la prosperidad, la confesión positiva y maldición hereditaria, entre otras
Así, lo que nos proponemos es verificar el origen y las propuestas doctrinales de este movimiento, sobre la base de sus propias afirmaciones. No nos dedicaremos a discutir las cuestiones metodológicas de los encuentros. A pesar de la importancia de los mismos, el asunto central ha sido descuidado en las discusiones centradas únicamente alrededor de las cuestiones técnicas y psicológicas de dichos encuentros. Este es sólo un de los componentes del complejo movimiento G-12.
Historia
Todos los proponentes del modelo G-12 admiten que dicho movimiento tuvo sus inicios en una visión que tuvo César Castellanos Domínguez.2 Castellanos es pastor de la Misión Carismática Internacional, que fundó después de un periodo de frustración en su propio ministerio. Desilusionado con los resultados de su trabajo, aplicó el modelo de iglesias en células de Paul Young Choo, con el que consiguió resultados más satisfactorios. Sin embargo, en 1991, según sus propias informaciones, recibió una visión que cambiaría definitivamente su ministerio y su iglesia. Según relata: “En 1991 sentimos que se aproximaba un mayor crecimiento, pero algo impedía que ocurriera en todas las dimensiones. Estando en uno de mis prolongados períodos de oración, pidiendo la dirección de Dios para algunas decisiones, clamando por una estrategia que ayudara a fructificar las setenta células que teníamos entonces, recibí la extraordinaria revelación del modelo de los doce. Dios me quitó el velo. Entonces, vi claramente el modelo que ahora revoluciona el mundo como el concepto más eficaz para la multiplicación de la iglesia: los doce. En esta ocasión escuché al Señor diciéndome: Vas a reproducir la visión que te he dado en doce hombres, y estos a su vez en otros doce, y estos, a su vez, en otros. Cuando Dios me mostró la proyección de crecimiento, me maravillé.”3
Después de implantar el modelo, la Misión Carismática Internacional experimentó un sorprendente crecimiento. Esto llamó la atención de líderes en Brasil, que, movidos por el interés de alcanzar un crecimiento semejante, implantaron el modelo en sus comunidades y lo difundieron entre las iglesias evangélicas brasileñas.
Sobre la implantación del movimiento en Brasil, hay que tener en cuanta dos aspectos. Primero, la llamada Iglesia en Células, como estrategia de crecimiento de la iglesia, no era nueva en Brasil, se había aplicado varios años antes. Entonces, ¿cual sería el factor determinante del crecimiento? Se destacan como elementos distintivos y, por lo tanto, determinantes, el número exacto de doce discípulos y los encuentros de tres días.4 Por eso tales elementos del modelo son los más enfatizados. En segundo lugar, es importante observar que, al ser implantado en Brasil, tanto el modelo G-12 como los encuentros se adaptaron, sufriendo modificaciones como, por ejemplo, el sigilo sobre el Encuentro (o Pacto de legalidad y silencio), que es una característica peculiar del modelo brasileño.
Los principales proponentes del G-12 en Brasil son Valnice Milhomens y Rene Terra Nova, ambos considerándose discípulos legítimos de César Castellanos. Valnice afirma haber recibido autoridad por delegación de Castellanos.5 Terra Nova también dice ejercer tal autoridad espiritual por delegación del mismo Castellanos.6

Funcionamiento
A pesar de las diferencias existentes dentro del movimiento, existen algunos puntos básicos en común. El modelo se estructura a partir de una dinámica definida como Escalera del Éxito.7 En concreto, el proceso se puede resumir en cuatro etapas: evangelización, consolidación, entrenamiento y envío.
La Evangelización se efectua en las células, que tienen como referencia el número 12. Así, cuando una célula llega a las 24 personas en sus reuniones, se subdivide. La otra característica es que, en principio, la tarea de enseñanza y formación de la iglesia se realiza en la célula, mientras que en el culto comunitario se realiza la celebración.
La Consolidación es la etapa en la que la fe del individuo se establece o se afirmada definitivamente. El Encuentro se realiza en esta etapa del proceso, con ello se evidencia que el propósito del Encuentro no es primariamente la evangelización, siendo incluso recomendado que se certifique la conversión del candidato antes de participación.8 Básicamente, el Encuentro tiene dos objetivos. Primero, establecer la fe del nuevo convertido, a través de la liberación y el rompimiento de las maldiciones. En segundo lugar, conducir a la visión a aquel que se convirtió por métodos anteriores al G-12, o sea, hacer la transición del modelo eclesiástico antiguo al G-12. A esto lo denominan transición o recibir la visión. El Encuentro es un retiro de dos días y de naturaleza homogénea, que se realiza durante un fin de semana, precedido y seguido de cuatro reuniones, normalmente semanales ((los pre y postencuentros). Son nueve horas de charlas en medio de una disciplina muy rigurosa, incluso con la prohibición de intercomunicarse, lo que provoca una fuerte reacción emocional y resultados aparentemente sorprendentes.9
El Entrenamiento lo realiza la escuela de líderes de cada iglesia. Aquí son preparados los discipuladores que dirigirán las células y ejecutar el programa de discipulado. Normalmente son cursos breves de baja calidad. El objetivo es que cada participante o seguidor del G-12 alcance a 144 discípulos.
Finalmente, se produce el Envío, cuando los líderes entrenados asumen el liderazgo de los grupos celulares, siempre de 12 personas, las cuales recibirán entrenamiento para asumir liderazgo.
Respecto a su funcionamiento, es importante destacar que el G-12 no es un movimiento que se propone la filiación de sus participantes a la iglesia que realizadora del evento. Es posible ser uno de los doce de algún discipulador y permanecer siendo miembro de una iglesia que no esté encuadrada en el modelo. Es así como el movimiento, a través de sus Encuentros, tiene una penetración más eficaz en el seno de las iglesias, y permite a los líderes de la región ejercer control sobre miembros de otras iglesias sin que ellos se desvinculen de las mismas.

Interpretación bíblica, revelaciones y experiencias místicas
El movimiento sigue las tendencias contemporáneas de interpretación, 10 o sea la subjetividad y el relativismo en la interpretación y aplicación de los textos bíblicos. De hecho, tanto el modelo como los encuentros parecerían bíblicos, por la cantidad de citas y alusiones a textos bíblicos que contienen.11 Naturalmente, los participantes y proponentes del modelo también afirman que su base teológica es la inerrancia de las Escrituras, que las aceptas como regla de fe y práctica. La diferencia está en sus principios de interpretación.
Tres principios debemos destacar. El primero implica la ambigüedad en la comprensión de los textos. En otras palabras, los textos son tratados relativamente, y pueden adquirir múltiples significados. No se trata del sentido completo del pasaje, sino de dar diversos sentidos a un mismo pasaje, que es entendido ambiguamente.12
Por ejemplo, en Habacub 2.2 la palabra visión es entendida de diferentes maneras, significando al mismo tiempo la visión recibida por el profeta Habacub, visiones literales recibidas actualmente por las personas, y visiones no-literales, pero que implican un deseo o una fuerte convicción, frutos de la capacidad de proyectarse al futuro.13 Estos dos últimos sentidos son usados y justificados por el texto de Habacub y otros. Por lo tanto, no es simple entender el que significa adquirir la visión según propone este movimiento. Puede significar la comprensión correcta de la Escritura, así como desarrollar la capacidad de buscar objetivos aún no concretados o, finalmente, abrazar la visión recibida por César Castellanos.
El Encuentro y sus fases no son sólo para nuevos creyentes, sino también para líderes que quieren implantar la visión celular de multiplicación y los grupos de 12. Dicen: “Para esa visión es necesario una gran disciplina, disposición y sobre todo experiencia con El Señor Jesús.”14
El segundo principio se puede definir como una especie de hermenéutica freudiana.15 Más que alegórica, es simbólica. Sobre la base de un subjetivismo extremo, los pasajes bíblicos se aplican dando a los detalles significados teológicos y prácticos, como vemos en el Manual del Encuentro: “‘Entonces salieron de la ciudad, y vinieron él" (Jn 4:30). Es necesario salir para encontrarse con Jesús… Salimos de la ciudad para tener un encuentro con Él. Abraham, Moisés, Jesús salieron de la ciudad. Nosotros necesitamos salir de la agitación para nos encontremos con Él.”16
Obsérvese que, en la tentativa de justificar el Encuentro, el texto bíblico no fue sólo alegorizado, pero ganó además de un significado teológico un sentido simbólico que expresa deseo, obediencia e incluso fe. El Encuentro incentiva, por lo tanto, una utilización simbólica de la Escritura y reúne en torno de sí un conjunto de ritos, prácticas y procedimientos entendidos como bíblicos, pero de naturaleza mística.
El tercer principio es la subjetividad en la aplicación, una especie de interpretación romántica de la Biblia.17 De acuerdo con ese principio, las perspectivas históricas y literarias son abandonadas, y el centro de la interpretación pasa a ser la experiencia subjetiva, intimista y mística del intérprete. De esta manera, todos los textos se aplican a todas las personas, bajo cualquier circunstancia.
Como vemos en el siguiente ejemplo:“En esa ocasión oí la voz de Dios, que me dijo que fuera al Jordán para bautizarme nuevamente, e inclusive me mostró quien debería hacerlo: un misionero mexicano que inmediatamente me compartió que, cuando su madre estaba embarazada, un profeta oró diciendo: Este niño que va a nacer tendrá el ministerio de Juan el bautista. Cuando salí de las aguas, sentí literalmente en el espíritu que los cielos se abrían y que Dios enviaba su Espíritu.”18
Esas prácticas son comunes en el movimiento y demuestran una aplicación de la Escritura que cede su objetividad a la subjetividad personal y tendenciosa del intérprete. En dicho caso, observamos que la Escritura pierde su posición de única regla de fe y práctica, y que tal autoridad es compartida con las revelaciones recibidas por los proponentes del G-12.
Las mismas reglas de interpretación se aplican a las revelaciones contemporáneas. La única base del modelo G-12 es la visión y la revelación dadas a César Castellanos. Tanto la fe como la vida cristiana son guiadas por las revelaciones recibidas por los líderes. Decisiones prácticas, como casarse o no, son tomas mediante visiones o revelaciones: “Recuerdo situaciones tan concretas como la revelación del día en que ella se convertiría a la vida cristiana, y el momento en que después de pedir otras señales, el Señor me dijo con voz audible…”19 “Desde entonces tuve el convencimiento de que Dios realmente le hablaba (a César), que era un hombre de fe a quien Espíritu Santo comunicaba las cosas de forma directa…Siempre deseé escuchar la voz de Dios, de la misma manera que mi esposo lo hacía…20
Tales decisiones son llamadas decisiones trascendentales21 y rigen la vida cristiana. La naturaleza mística de las mismas es definida de manera precisa por César Castellanos: “La Misión Carismática Internacional es una iglesia eminentemente profética. Tiene que serlo por dos razones: la primera, su inicio fue determinado por una palabra profética dada directamente por Dios a este su siervo…”22
Esa subjetividad subyuga la Escritura a los criterios humanos. Las pretendidas visiones y revelaciones determinan directas la doctrina de la iglesia y la conducta personal. No hay límites para la imaginación humana. Como afirma Valnice: “Dios trabaja con visiones; donde no hay visión no hay obra. Todas las realizaciones comienzan con visiones.”23
A este arsenal de revelaciones cotidianas, le siguen innumerables casos de experiencias inexplicables de naturaleza mística. Resurrecciones, arrebatamientos y ceremonias son detalladamente descritos en las obras de los líderes del movimiento. Forman parte del día a día de la fe propuesta por los dirigentes del movimientos G-12. No nos sorprende el dualismo presente en esas revelaciones, así como en sus interpretaciones. La sorpresa ante el hecho de que los líderes demandan para sí una credibilidad por encima de cualquier crítica. Poner en duda sus experiencias es casi siempre descrito como incredulidad y oposición a Dios. Obsérvese la evaluación que Valnice hace de una de sus visiones, cuando –según ella– Dios le mostró dos iglesias: la fiel, Jerusalén, y la infiel, Roma.
Jerusalén representa el lugar donde la Palabra de Dios es íntegramente obedecida, sin cuestionarla, y el Espíritu es el Señor absoluto en la Iglesia. Roma es el lugar de la lógica, de la razón, donde la filosofía va construyendo una estructura de raciocinio que lleva a poner en duda la Palabra de Dios.24
Además de promover la separación entre la fe y la razón, es evidente que la visión del líder es incuestionable. En cualquier otra situación esa posición sería clasificada como fanatismo.

La teología del modelo G-12
Como dijimos la teología del movimiento y del Encuentro no proponen muchas novedades, sino que reeditan un conjunto de doctrinas propagadas por el neopentecostalismo. Dos observaciones pueden ser hechas el título de introducción. En primer lugar, la inconsistencia o incoherencia de sus doctrinas siquiera se observa en los seguidores del movimiento, lo que demuestra una vez más la fragilidad de las iglesia evangélicas. En segundo lugar, el mérito del G-12 tal vez sea haber llevado algunas doctrinas del neopentecostalismo a sus últimas consecuencias.

Antropología
Un buen punto de partida para el análisis del movimiento es su antropología. Bajo la influencia postmoderna, el hombre preconizado por el G-12 es fruto de lo que David Herrero llama el espíritu romántico,25 que él mismo describe: “El hombre romántico no es sólo inherentemente bueno, sino que es también divino. De acuerdo con la filosofía que propugna la antropología romántica, hay una identidad básica entre Dios y el hombre.”26
Con sus afirmaciones, César Castellanos deja claro que su perspectiva del ser humano esta fatalmente comprometida con ese antropocentrismo, si no de los demás, al menos de él mismo. Él afirma: “Experimenté como mi espíritu se desprendía del cuerpo. Luché; sin embargo una fuerza invisible controlaba mi alma. De repente, vino a la mi mente la prueba del mes anterior y recordé las palabras ‘no es la hora”. Me apropié de ellas y dije: Señor no es posible que tú permitas esta muerte, no es la hora. Tú precisas de mí en la tierra, dame fuerzas para regresar a mi cuerpo y poder levantarlo en tu nombre.”27
En otra ocasión el Espíritu Santo le dijo, después de haber estado orando entregando la dirección de la iglesia al mismo Espíritu: “¿Y por qué tardaste tanto en decírmelo? Porque hasta ahora tú eras el pastor y yo tu auxiliar? Tú me decías: Espíritu Santo bendice a esta persona y esta obra, bendice lo que voy a predicar, bendice la iglesia y yo tenía que hacerlo.”28
Encontramos mayor arrogancia aún en las afirmaciones de Valnice: “Todo que sale de la boca de Dios es un decreto, pues es emitido por una autoridad cuya palabra tiene fuerza de ley, sus decretos son acompañados de su cúmplase.”29 Tal enseñanza es seguida de su propia experiencia personal. Al referirse a la actitud que tomó de considerar que fue a las 6 de la tarde el momento de adoración de María, ella declara: “Padre, como autoridad espiritual en esta nación, revoco el decreto de Roma y establezco otro decreto...”30 “El milagro ocurre cuando yo libero el poder de Espíritu Santo. Y entonces ocurren milagros, pues las personas son transformadas.”31
Esta no es una característica aislada, la podemos ver en varios líderes adheridos al movimiento,32 demostrando ser un espíritu de la época. Pero, no son sólo aquellos que están con Dios los que parecen gozar de ese estatus. En cuanto a los que se oponen al G-12, se afirma: ”Se puede decir que el pastor que no entra en esta dimensión está matando el progreso del evangelio en su área…Quién no se reproduce está afectando la posibilidad de conversión de miles de vidas.”31
Es obvio que los proponentes afirman creer en la soberanía de Dios; pero sus propuestas son inconsistentes con las doctrinas más elementales de la Escritura, como por ejemplo la omnipotencia de Dios. De esa manera la independencia divina queda afectada, y Dios se hace dependiente de la voluntad humana. Además de la relación con Dios, otro aspecto en el cual los líderes del G-12 expresan su divinidad es con relación a los espíritus malignos. Las acciones de los espíritus malignos dependen de la conducta humana: “Todo pecado es un quebrantamiento de comunión con Dios. Cada nivel de pecado libera una cantidad de demonios, cada pecado atrae una maldición.”34 Así, mis actos tienen el poder de liberar (no se sabe bien de dónde) demonios que estaban presos (no se sabe por quién o para que).

Soteriología
La consecuencia final de esa exaltación humana es la descentralización de la persona y obra redentora de Dios y, por contradictorio que parezca, la exaltación del hombre y de Satanás. La seguridad del creyente queda reducida al tal vez, o, en la mejor de las hipótesis, a su conducta y autoridad espiritual. El hecho de la Escritura enseña que somos guardados por Dios (Sl 121) y que Jesús nos guarda (Jn 17:12) es totalmente ignorado. Ante la perspectiva de guerra espiritual35 exagerada por las enseñanzas del G-12, los demonios alcanzaron un poder y posición destacado, en algunas ocasiones superior al de Dios.
“Cuando peco, abro una puerta de legalidad para que Satanás entre con su propósito de matar, robar y destruir…La maldición se infiltra por una legalidad y abre la puerta para que los demonios vengan sobre la vida de la persona.”36
Es importante destacar que esta cita se refiere al Encuentro, donde se presupone que el participante, también llamado de encontrista, es convertido. Eso significa que Satanás tiene poder para entrar en la vida de aquel que fue salvo por Cristo. Más aun, se considera que la conducta pecaminosa es una obstrucción o impedimento para que Dios bendiga sus hijos.
Por algún motivo, el modelo G-12 describe al creyente como un ser dividido entre Dios y el diablo. Pertenecemos a Dios, pero el diablo ejerce dominio sobre nosotros. El manual afirma además: “Para que haya cura interior son necesarios dos pasos: Romper el dominio de Satanás sobre nosotros y tomar posesión de lo que es nuestro por derecho.37
Esto nos conduce al verdadero carácter de la doctrina del movimiento G-12, o sea, su dualismo, donde Dios y los demonios contienden en condiciones de igualdad. En una narración, como mínimo, pintoresca, Valnice describe el proyecto Palacio de la Reina.38 En su argumentación y pretendida interpretación bíblica, ella entiende que Pablo no venció la entidad pagana en Éfeso (Hechos 19), que sólo la debilitó. Pero, según ella, siguiendo datos históricos, Juan pudo derrotar aquella entidad y conquistar Éfeso para Cristo. Ese dominio geográfico de Dios duró 200 años, siendo después la ciudad conquistada por tal entidad. Al explicar la razón para ese dominio, ella afirma: “Actualmente Éfeso está en Turquía, un país musulmán. Sólo hay unos 500 cristianos nacidos de nuevo en ese país. ¿Qué sucedió? Que Diana reconquistó su trono.”39
¿De manos de quién lo tomó? Así la obra redentora de Cristo es manchada por el G-12, dejada sin efecto, si estamos bajo una salvación que depende de una liberación posterior y de rompe los pactos y las maldiciones no deshechos por la cruz de Cristo. Esa visión dualista nos pone en situaciones que huyen del control de Dios, y viviendo así bajo constante actuación demoníaca en nuestras vidas.
Tales afirmaciones aproximan el G-12 más al pregnosticismo del primer siglo que al cristianismo bíblico. Evidencian la naturaleza sincretista del movimiento y su total incapacidad para mostrar la soberana obra redentora de Dios. La salvación es desnudada de su carácter de gracia, y tanto ella como la vida cristiana dependen de esa aventura humana en el mundo espiritual. Tales personas no poseen autoridad para hablar del evangelio de la gracia soberana de Dios.
Además de negar la obra redentora de Dios, la enseñanza del G-12 también se opone a la persona de Dios. Sus atributos son menospreciados, incluso su bondad, amor y justicia. En una sesión de regresión, el ministro del Encuentro es orientado a llevar a sus encontristas a perdonar aquellos que los hicieron sufrir: “En cada franja de edad, desde la infancia hasta la vida adulta, el ministro debe instruir a los encontristas a se acuerden de los momentos difíciles, amargos, traumatizantes, etc. Ellos necesitan liberar perdón a las personas involucradas en cada fase e incluso a Dios.”40
Tal afirmación se basa en la hipótesis de que alguien puede sentirme lastimado por Dios. Pero, ella ignora la naturaleza santa y justa de Dios, así como su inmutabilidad, y acentúa el carácter meritorio del sufrimiento humano.41
Eclesiología
Dado que se trata de un movimiento que pretende ser el modelo eclesiástico para el próximo milenio, podemos definir este punto como una escato-eclesiología. Llama la atención que la motivación del G-12 sea el crecimiento vertiginoso de la iglesia. Esto la transforma en una institución ensimismada, auto-centrada y esclava del pluralismo y pragmatismo religioso. Tres puntos podemos destacar en esta escato-eclesiología.
En primer lugar, usando los mismos términos de este movimiento, la iglesia del siglo XXI será sobrenatural. Por sobrenatural se entiende el carácter místico y supersticioso42 dado al movimiento por el neopentecostalismo. Se espera que en el siglo XXI surgirán abundantes señales y que volverán los milagros neotestamentarios. Según las previsiones de uno de sus líderes: “Creo que en breve seremos revestidos con la unción de los grandes y maravillosos prodigios del Espíritu Santo y nuestra sombra curará con la de Pedro, y por nuestra palabra de orden los muertos resucitarán y grandes fenómenos ocurrirán por la fe, en el nombre de Jesús.”43
Además de señales milagrosas, se espera un periodo de multitud de revelaciones rutinarias, vistas como el “mover” de Dios. Esto implica que en el tercer milenio la iglesia deberá abandonar sus dogmas, sus doctrinas, puesto que será guiada por revelaciones.
En segundo lugar, la iglesia del siglo XXI es vista como un cumplimiento escatológico. El modelo G-12 se ve como un cumplimiento profético. Como era de esperar, tales profecías no se encuentran en las Escrituras, pero pues provienen de las revelaciones recibidas por los dirigentes del movimiento. Veámoslo: “Hemos recibido palabra en el sentido de que en los años venideros habrá gente hambrienta por conocer el mensaje de la salvación; millones y millones correrán por las calles demostrando su deseo de saber de Cristo, y la única estructura que permitirá estar preparados para esto es la iglesia celular.”44
Las congregaciones pequeñas, en las cuáles no hay más que 200 personas, no entran en el modelo, porque cada iglesia debe ser de al menos cien mil personas.45
Además de Castellanos, otros líderes del movimiento y sus discípulos tienen la misma visión profética, la misma expectativa triunfalista para el siglo XXI: “Teniendo la convicción de que el modelo de Bogotá es la base para el modelo que Dios tiene para nosotros, hemos retornado a las convenciones para beber de la fuente. Creemos que Dios dio al Pr. César Castellanos el modelo de los doce que revolucionará la iglesia del próximo milenio.”46 “Como hijos que somos de Dios Todopoderoso, seremos conocidos en los cielos como la generación con mayores conquistas y con mayores cosechas para el Reino de Dios. 47 “Actualmente estamos reformando la eclesiología…Por eso creo que ese movimiento es la complementación de la primera reforma. Creo que está barriendo los cuatro extremos de la tierra actualmente, en una proporción y en una velocidad mucho mayor que la reforma protestante del siglo XVI.”48
Queda claro que el movimiento se considera un cumplimiento profético, pero, no de las Escrituras, y sí de las proyecciones y previsiones hechas por sus dirigentes.
En tercer lugar, la visión eclesiástica del movimiento experimento la influencia empresarial, y por eso se aproximó a conceptos liberales. La división de la iglesia en ministerios administrativos y espirituales se asemeja a la visión liberal de Adolf Harnack acerca de la iglesia. Él idealizó la división entre ministerio religioso y ministerio administrativo o local.49 Castellanos afirma: “La iglesia es la empresa más importante de una nación, por lo que el mismo crecimiento exigirá que haya dos sectores en el interior de la iglesia: uno de carácter administrativo y otro relacionado con el ministerio pastoral.”50
Esto revela algo más que una propuesta teológica: expresa la influencia empresarial en la estructura eclesiástica montada por Castellanos. Su eclesiología está más próxima a una red de marketing que al Evangelio. El número 12 es el único elemento en esa estructura que se relaciona con el Evangelio. Aún así, en ninguna parte del relato de los Evangelios se enseña que los discípulos tuvieron, a su vez, doce discípulos exactamente.
Siguiendo una tendencia actual, la administración de Castellanos es centralizada, y su eclesiología es personalista. Negando evidencias bíblicas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento (Dt 1; Hch 15; 1Tm 1:6-16), Castellanos defiende el fin de presbiterios y asambleas, y propone un sistema de gobierno totalitario y personalista: “La época de las asambleas y de los consejos de ancianos para dar pasos importantes en la Iglesia, ya pasó a la historia. Estoy convencido de que Dios da la visión al pastor y en esa manera es que el Espíritu Santo le habla, indicándole hacia donde debe moverse.”51

Conclusión
El movimiento G-12 está lejos de ser una reforma, mucho menos protestante. Ese movimiento no protesta, sino que se acomoda y se amalgama con la filosofía de la época. Surge como propuesta innovadora, pero trae consigo doctrinas antiguas. De hecho, el movimiento G-12 y el Encuentro ha hecho un pobre servicio la iglesia evangélica.
Para acabar, me gustaría mencionar la conclusión a la que podemos llegar sobre dicho movimiento. En primer lugar, tenemos la certeza de que ese movimiento pasará, como otras olas neopentecostales. Sin embargo, como las otras olas, es probable que muchas de sus doctrinas y prácticas permanezcan en nuestro medio. Es necesario confrontar el G-12; pero, la confrontación debe ir más allá de las cuestiones metodológicas del Encuentro. Con o sin regresión, el Encuentro continuará enseñando la necesidad de perdonar a Dios y otras cosas cuestionables. Debemos debatir más ampliamente la presencia de las teologías neopentecostales y su influencia en la vida y fe de las iglesias evangélicas.
En segundo lugar, es importante darse cuenta de que el movimiento revela la fragilidad de la enseñanza en las iglesias evangélicas. Un viento de doctrina, con enseñanzas tan contrarias a la Escritura, pasa desapercibido entre los miembros de dichas iglesias. El problema se agrava cuando consideremos las nuevas olas que nos esperan. Que Dios nos guíe a ser fieles a su Palabra y ser responsables en la lucha por la fe evangélica (Jud vv. 3-4).


Notas
1 Esta afirmación, a pesar de haberse popularizado ya entre los defensores de las iglesias celulares y del G-12, fue hecha por Robert Lay, representante en Brasil de Touch Ministries, del pastor Ralph Neighbour. Según Lay, la Reforma del siglo XVI fue teológica, mientras que las células representan una reforma estructural de la iglesia. Revista Videira I:4 (Goiânia, diciembre 1999).
2 Ver Rene Terra Nova, en la presentación del Manual do Encontro (Manaus: Semente de Vida, 1999) y Valnice Milhomens, Plano Estratégico para a Redenção da Nação (São Paulo: Palavra da Fé, 1999), 11.
3 César Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo (São Paulo: Palavra da Fé, 1999), pp. 59-60.
4 Milhomens, Plano Estratégico, p. 11.
5 Ibid, p. 12.
6 Terra Nova, presentación del Manual do Encontro.
7 Ver sitio del MIR (Ministerio Internacional de Restauración).
8 Manual do Encontro, p. 34.
9 Para más información, leer el apéndice que contiene información psicológica del encuentro en Jôer Batista, Jocider Batista y Leonardo Saihum, G-12: História e Avaliação (Goiânia: Seminário Presbiteriano Brasil Central, 2000), p. 88-91.
10 Moisés Silva, “Abordagens Contemporâneas na Interpretação Bíblica,” Fides Reformata IV:2 (julio-diciembre 1999), p. 147.
11 En las charlas del Manual do Encontro se hacen más de 600 citaciones. Ver Batista, Batista e Sahium, G-12: História e Avaliação, p. 70.
12 Un buen ejemplo de esa interpretación ambigua se puede ver en Gordon D. Fee, Paulo, o Espírito e o Povo de Deus (São Paulo: United Press, 1997), ix.
13 Milhomens, Plano Estratégico, pp. 15-18.
14 Manual do Encontro, presentación. Énfasis mío.
15 Michael Bauman, Shrinking Texts: The Danger of Hermeneutics Under Freudian Auspices, JETS 31:3 (septiembre 1988), pp. 293-303.
16 Manual do Encontro, p. 56.
17 Ver el intresante artículo de David Estrada Herrero, “Romanticism and Christianity,” Chalcedon Report 309 (abril 1991), pp. 2-10.
18 Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo, p. 56. Cláudia Castellanos, esposa de César, escribió algunos capítulos del libro, entre ellos este. Pero es normal en el libro encontrar a Castellanos aplicarse textos bíblicos históricos. Como, el llamado de Moisés es también el llamado de Castellanos.
19 Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo, p. 29. Énfasis mío.
20 Ibid., p. 54. Énfasis mío.
21 Ibid., p. 46.
22 Ibid., p. 53.
23 Milhomens, Plano Estratégico, p. 15.
24 Ibid., p. 8. Énfasis mío.
25 Herrero, “Romanticism and Christianity,” p. 2-10.
26 Ibid., p. 8.
27 Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo, p. 24-25. Énfasis mío.
28 Ibid. Énfasis mío.
29 Milhomens, Plano Estratégico, p. 45.
30 Ibid., p. 27. Énfasis mío.
31 Ibid., p. 119. Énfasis mío.
32 Por ejemplo, los pastores Antônio Lisboa, de la Iglesia Nueva Alianza, y Aluízio Silva, de la Iglesia Videira. Se pueden conocer sus posiciones en las revistas Convergência e Videira, órganos de divulgación de sus iglesias e ideas.
33 Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo, 80, p. 145.
34 Manual do Encontro, p. 66.
35 El movimento sigue la perspectiva de la Guerra Espiritual de Peter Wagner, Neuza Itioka, Cindy Jacobs y otros.
36 Manual do Encontro, pp. 46, 49.
37 Manual do Encontro, p. 94. Énfasis mío.
38 Peter Wagner está al frente del proyecto, que ira a Turquia para libertar aquella región de sus espíritu, mediante una operación llamada “Palacio de la Reina”.
39 Milhomens, Plano Estratégico, p. 31.
40 Manual do Encontro, p. 98. Énfasis mío.
41 Batista, Batista e Sahium, G-12: História e Avaliação, p. 49.
42 Ver Samuel Vieira, O Império Gnóstico Contra-Ataca (São Paulo: Cultura Cristã, 1999), pp. 94-95.
43 Antônio Lisboa, Convergência 2000, revista de la Iglesia Nueva Alianza en Células, I:1 (1999).
44 Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo, p. 146.
45 Ibid.,145.
46 Milhomens, Plano Estratégico, p. 12.
47 Lisboa, Convergência 2000.
48 Entrevista a Robert Lay en la revista Videira, de la Iglesia Videira, Año I, Nº 4.
49 Herman Ridderbos, Paul: An Outline of his Theology (Grand Rapids: Eerdmans, 1992), p. 439.
50 Castellanos Domínguez, Sonha e Ganharás o Mundo, p. 146.
51 Ibid.

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